Este aljibe de grandes dimensiones se compone de una única nave rectangular cubierta por una bóveda de cañón. Las aguas vienen desde el río Alhorí y se comparten con Jerez del Marquesado y su vega, aunque también lo hacían con la Alquería de Mecina, desaparecida en época medieval. La construcción original debió ser de entre los siglos VIII y IX. Está semienterrada, con muros de hormigón de cal hasta el nivel de arranque de la cubierta. Antes su uso era el de acumulación de agua para el abastecimiento de la población; hoy está restaurada y acondicionada como sala de exposiciones.